viernes, 28 de diciembre de 2012

Entrevista a Josep Figueras

Médico y economista, Josep Figueras está al frente del Observatorio Europeo de Políticas y Sistemas Sanitarios, un organismo que, bajo el paraguas de la OMS, analiza la evolución y los cambios de los modelos asistenciales con el objetivo de proporcionar la mejor evidencia a los encargados de la gestión sanitaria. Su visión aporta luz a la encrucijada en la que ahora se encuentran los sistemas nacionales de salud.
Josep Figueras.| EMJosep Figueras.| EM
¿Cómo han afrontado los gobiernos europeos la crisis en términos de gasto sanitario?
Los datos más recientes de la OCDE, que son de 2011, muestran que en prácticamente todos los países sin excepción se ha producido una disminución del porcentaje de gasto sanitario en términos del PIB. Esto es muy significativo porque se trata de un índice relativo. Dado que el PIB también ha disminuido por la crisis económica, la reducción de este porcentaje quiere decir que el gasto sanitario total también ha disminuido. Obviamente algunos países han recortado más porque la crisis está afectando más a unos que a otros.
¿Qué medidas han llevado a cabo otros países europeos para reducir el gasto?
En términos de valores, hay que decir que los países europeos están reaccionando y diciendo que quieren continuar con el modelo universal y no socavar la solidaridad de los sistemas sanitarios. Dicho esto, en general una de las áreas que está resultado más atractiva en cuanto a la utilización de impuestos es lo que se conoce como 'sin taxes', es decir, aumentar o introducir impuestos aplicados a artículos como el tabaco, el alcohol, las grasas en la dieta, azúcares, etc. Estos tienen un impacto positivo reforzando hábitos saludables y parecería apropiado que en un contexto de crisis se graven más las áreas que sabemos que son dañinas para la salud y que pueden permitir recoger recursos adicionales.
Otro campo que está atrayendo también la atención de los políticos sanitarios en Europa es la reducción de la cobertura y el aumento del copago, que nosotros entendemos como un grupo común que supone una privatización en la financiación del sistema en el sentido de que le dice al ciudadano que debe pagarse de su bolsillo una intervención determinada.
Sin embargo, estamos viendo que la reducción de cobertura de forma explícita está siendo limitada. En cambio, sí observamos una disminución implícita de la cobertura, por ejemplo, a través del aumento de las listas de espera. También hay que decir que hemos visto un aumento , que consideramos positivo, en la disminución de cobertura en aquellas áreas que no son coste-efectivas o incluso no efectivas. En este sentido no considero que sea una privatización ya que, al no ser coste-efectivos estas prácticas no deberían proveerse a través de una cobertura pública.
¿Y en cuanto al copago?
En el área del copago observamos un aumento o introducción del copago en 13 países de Europa. Ocho de ellos en el área de productos farmacéuticos, cinco en el sector hospitalario, tres en el sector ambulatorio, dos en urgencias y 10 en servicios específicos, como el transporte en ambulancias. He de decir que todos los países han sido muy cautelosos a la hora de proteger a las poblaciones vulnerables como los enfermos crónicos o los más pobres y han establecido un 'techo' al copago para asegurarse de que no se impide el acceso.
Si no se pone ese límite, habrá un impacto negativo en el nivel de salud, que también implicará posteriormente un aumento del gasto sanitario. En EEUU, por ejemplo, en épocas de recesión muchos pacientes dejan de tomar medicamentos para enfermedades crónicas como la hipertensión o la hipercolesterolemia porque no notan su efecto y tienen que pagarlos. En unos años estos mismos pacientes podrán estar en la puerta de urgencias con consecuencias graves de su enfermedad como un accidente cerebral que va a costar al servicio sanitario varias veces más de lo que costaba el pago de la medicación.
¿Se están llevando a cabo medidas para mejorar la eficiencia?
Sí, sin duda la crisis proporciona una gran oportunidad para mejorar la eficiencia de los servicios sanitarios sin menoscabo de su calidad, que muchos países han aprovechado. Por ejemplo en el área de productos farmacéuticos. 17 de los 27 países de la Unión Europea han puesto en marcha políticas para hacer un uso más racional de fármacos, ya sea a través de sustitución genérica, introducción de listas negativas para fármacos con baja o sin efectivdad, mejor calidad de prescripción, mejor negociación de precios, etc. Ahí ha habido un aumento de la eficiencia sin que, creemos, vaya a producirse un impacto negativo sobre la salud. También se está mejorando la evaluación de la tecnología sanitaria y la medicina basada en la evidencia y, muy importante, estamos viendo esfuerzos para mejorar la atención primaria y la integración de servicios. Muchos países como por ejemplo Hungría y Eslovenia- han disminuido la duplicación de servicios hospitalarios. En este sentido, habrá que ver los datos en España cuando estén disponibles.
Otra área importante de mejoras es la de la salud pública que a medio plazo disminuirán los costes al sistema sanitario. Todavía hay mucho espacio para mejorar, por ejemplo con respecto al tabaquismo. Países como España han hecho grandes avances, pero todavía hay margen para mejorar.
Entrevista hecha por  www.elmundo.es 

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